viernes, 17 de enero de 2014

El triple de Ansley, 19 años después

Aprovechando que Michael Ansley, un mito para el baloncesto malagueño, estará el viernes en el Martín Carpena para presenciar el partido que enfrentará al Unicaja y al Fenerbahce de Obradovic, me gustaría recordar uno de los momentos más amargos de la historia del conjunto andaluz. Y cuyo protagonista fue el propio Ansley.

Nos situamos en el 18 de mayo de 1995. En plena primavera. El Unicaja dominaba la final de la ACB por 2-1 frente al Barcelona. Ciudad Jardín vivía una de sus épocas más gloriosas. Lleno hasta la bandera horas antes del encuentro. Se estima que habían unas 5000 personas, aunque algunos dicen que allí había mucha más gente. La locura se palpaba en las calles malagueñas. Con el equipo de fútbol dando bandazos por la segunda división B, el baloncesto captaba toda la atención del público. Su equipo se encontraba a un triunfo de ser campeón de liga.
Un joven Javier Imbroda dirigía la plantilla cajista, formada por jugadores de la talla del propio Ansley, Kenny Miller, Nacho Rodríguez, Alfonso Reyes o Ricardo Guillén. Una fusión entre canteranos e internacionales que deleitaban al público malacitano día sí, día también. En el bando contrario, un potentísimo Barcelona, con Aíto García Reneses en el banquillo, y donde destacaban tipos como Juan Antonio San Epifanio, Darry Middleton o Salva Díez. Puro espectáculo al servicio de todo aficionado al deporte.
La igualdad reinó durante todo el encuentro. Cada embestida del equipo catalán era contestada por algún jugador malagueño. Y viceversa. Nadie pretendía dar su brazo a torcer. Y Entonces, con 15 segundos para el desenlace del encuentro, llegaría la jugada más famosa de la final. El Barça ganaba por 2 puntos (77-79), pero el Unicaja tendría la última posesión para tratar de escribir un final feliz a su mágica historia. Ansley, con 37 puntos (7/11 en tiros de dos, 3/6 en triples y 14/15 en tiros libres), era el hombre que debía jugarse aquella bola. Recordemos que el ala-pivot norteamericano, en su segunda etapa en Málaga, superaba ya los 40 años y estaba dando las últimas pinceladas a su trayectoria deportiva. Aun así, seguía siendo un genio en esto.
Pues bien, tras un error en el tiro de Salva Díez, Ansley asumió toda responsabilidad y comenzó a cruzar la pista con una pasmosa tranquilidad. Y digo pasmosa, puesto que a mí se me hubiera salido el corazón del pecho. Pero eso es otra historia.
Pese a que algunos defendían, y siguen defendiendo, que lo correcto hubiera sido asegurar con una canasta de 2, Ansley lo tenía claro. Él era un ganador, y por ello iba a buscar la jugada de 3 puntos. Desde unos 7 metros y punteado por Middleton, el norteamericano se levantó del suelo y lanzó el triple, ante la atónita mirada de miles de aficionados. Pero no entró. El Barcelona acababa de empatar la eliminatoria, y lograría proclamarse campeón días después en el Palau Blaugrana. En un abrir y cerrar de ojos se habían disipado todas las esperanzas de la afición malagueña.
A pesar de todo, hay que destacar que aquel encuentro desató al Unicaja que conocemos hoy en día. Los títulos de Copa Korac, Copa del Rey y Liga ACB han logrado acabar con aquel mal sabor de boca de 1995. Además, no con esto quiero que recordéis a este jugador por aquella fatídica jugada. 19 años después, Mike Ansley sigue siendo uno de los jugadores más carismáticos que han pasado por Málaga. Una leyenda para el Unicaja. Un genio nacido para jugar a esto.


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