Ya habíamos
comentado antes que Unicaja no estaba pasando por su mejor momento. El fracaso
de la Copa del Rey y la posterior derrota frente al Asefa Estudiantes hicieron
que cayese sobre el club malagueño una lluvia de críticas, tanto a la actitud
de los jugadores, el trabajo del entrenador y la quietud de la directiva.
Pero con
las posteriores victorias en Euroliga, en la cancha del Brose Baskets (65-68),
y en Liga Endesa, en la pista del Blancos de Rueda Valladolid (84-89), ambas
dando la doble imagen de buen juego y desastre total que este club lleva
mostrando durante toda la temporada, han hecho que la situación se tranquilice.
Pero lo que
es cierto, es que estos dos rivales no son verdaderamente con los que Unicaja
debe mostrar el fin de su mala racha. Este viernes recibe en el Martín Carpena
al Zalgiris, equipo con el que ya cayó en la primera vuelta por 13 puntos
(75-63). Esta es la primera gran final para los chicos de Repesa, que van a
jugarse prácticamente todas sus opciones de pasar al top8 contra otro histórico
de la competición europea. En estos momentos, el club malagueño se encuentra 5º
clasificado en su grupo de Euroliga. Con un balance de 4 partidos ganados y 4
perdidos y a tan solo una victoria del 4º clasificado, el Panathinaikos, equipo
que todavía tiene que visitar el feudo malagueño.
Por ello el
partido del viernes es de vital importancia. No solo porque Unicaja pone en
juego casi todas sus opciones de pasar a la siguiente fase, sino también porque
se medirá con un rival de la talla del histórico club de los Guindos, momento
en el que podremos ver si este equipo necesita un auténtico cambio o ha sido solo
una mala racha pasajera.
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