lunes, 21 de octubre de 2013

Un feliz cumpleaños

A pesar de que no lo pudimos ver por televisión, el partido del domingo fue muy representativo para todos los aficionados del baloncesto, y concretamente del Unicaja. Un derbi andaluz, en la capital sevillana, y con una victoria solvente del conjunto de Joan Plaza contra su máximo rival. Todo un lujo para el equipo malagueño.

Nick Caner-Medely
(Foto: Web Opinión de Málaga)
El choque estaba repleto de morbo por el gran número de reencuentros que se iba a producir. Plaza volvía a Sevilla tras su periplo en Kaunas, Calloway y Urtasun volvían a enfrentabarse a su ex equipo, y Aíto más de lo mismo. Pero este desde el bando sevillano.

Sin embargo, ese partido era mucho más especial para uno de los jugadores. Nick Caner-Medley (otro que regresaba a Sevilla) celebraba su trigésimo cumpleaños y a sí mismo se regaló la victoria y ser nombrado MVP del choque. Con 21 puntos (7/8 en tiros de dos y 2/2 en triples), 5 rebotes, 3 faltas recibidas y 24 de valoración, Nick se reivindicó y demostró que vuelve a estar en la elite del baloncesto nacional y europeo. De esta forma, el ‘33’ de Unicaja pudo soplar las velas de la mejor manera posible. Un triunfo que sabe a mucho.

Tras el partido, el propio jugador declaró; “30 años. Es increíble. La vida es muy rápida. Recuerdo cuando estaba en Sevilla con 24 años como si fuera ayer. Ha sido un gran partido, en menos de 48 horas, tras jugar ante el Olympiacos, y creo que es un paso para el equipo”. Con esta asombrosa actuación, Caner-Medley empieza a desquitarse de todas las críticas que le llovieron debido a su mal año en el Maccabi. Pero no solo es beneficioso para él. El conjunto de los Guindos también puede presumir de haber dado con la tecla adecuada. Con el estadounidense, Unicaja gana en puntos, garra, velocidad, intensidad y talento. Y todo muy bien amueblado en 2,03 metros y 106 kilos de peso. Un chollo diría yo.

Son 30 años de experiencia que quieren volver a sentirse importantes.



sábado, 19 de octubre de 2013

Cambios de chip

Algo que me sorprendía, que me sorprende y que me sorprenderá hasta la saciedad es la capacidad de este equipo de irse y volver en un partido. Da igual que pasen los años, que cambien a casi toda la plantilla, e incluso que cambien al entrenador. Esa dichosa "capacidad" parece ser que costará mucho que desaparezca.

Carlos Suárez penetrando a canasta (Foto: Web La Opinión de Málaga)

Ayer mismo lo pudimos ver, contra el actual campeón de la Euroliga, el Olympiakos, en un partido que Unicaja tenía muy bien encarrilado. Y se dejó ir. Un fatídico último cuarto decantó la balanza del lado de los griegos. Durante 28 minutos, los de Joan Plaza fueron mejores. La defensa era intensa, sobre todo de Dragic, que secó a Spanoulis en todo momento, y los ataques se realizaban con calma e inteligencia. Dominábamos el tiempo del partido. 

Corría el minuto 28 de juego. Unicaja ganaba 35-45. Los jugadores sonreían, defendían y atacaban. En definitiva, se lo estaban pasando bien. Sin embargo, sin saber como, todo cambió. Los malagueños bajaron los brazos durante el último periodo. No me refiero a que se dejaron ganar (ni mucho menos), ni que no trataron de darlo. Simplemente parecía como si hubiesen desconectado del partido. Errores garrafales en defensa, numerosas pérdidas en ataque...Y todo ello sumado al tremendo acierto local desde la línea de 6,75. ¿La consecuencia? Un parcial de 25-4 (entre el final del 3º cuarto y el comienzo del último) que dejó a Unicaja en "Game over". ¿Resultado final? 69-61 a favor de Olympiakos.

No quiero quitar ningún mérito al equipo griego, pero todo aquel que viese el partido puede decir que lo perdió Unicaja y no que lo ganó Olympiakos. Ya lo dijo Plaza en rueda de prensa: "Los partidos duran 40 minutos y no 36". Espero que esto sirva de lección para citas venideras.

Pese a todo, las sensaciones que transmitió ayer el equipo fueron buenas. Sin contar esos últimos 10 minutos para olvidar, los malagueños quisieron ganar en todo momento y fueron superiores a su rival. Con eso me quedo. Aún estamos de rodaje y falta piezas claves como Toolson. Pero hay que recordar que no pueden tener esos cambios de chip. Puede que le ocurra a 1 o 2 jugadores, pero no a todo el equipo. No tengo duda de que ganaremos muchos encuentros, pero para que esto suceda hay que estar concentrados durante los 40 minutos. Esa es la clave.

lunes, 14 de octubre de 2013

Un apellido de leyenda

Cuando nombran el apellido Sabonis, ¿A que os recuerda? Pues sí, a todo el mundo se le viene a la mente el mítico Arvydas, que a mi parecer es el mejor pivot europeo de la historia, junto a Pau Gasol (Nowitzki no cuenta, puesto que para mí no es verdaderamente un pivot). Volviendo a la historia, Arvydas Sabonis es toda una leyenda tanto en su país (Lituania), como en el resto del globo. “Sabas” era un jugador especial, debido a que, a pesar de sus 2,21 cm de altura, tenía un visión de juego digna de un base. Un jugador capaz de correr el contraataque como nadie. Y sin duda alguna, todo un líder en la cancha.

Arvydas Sabonis y su hijos Domantas
(Foto: Lapiniondemalaga.es / Fotodiena.lt/R.Da?kus)
Tras ser el referente principal en su equipo (Zalguiris) y en su selección (URSS) llegó a España para seguir escribiendo su propia leyenda. Después de 6 años llenos éxitos en la península, sobre todo con el Real Madrid, marchó hacia a Estados Unidos. La NBA le esperaba, aunque se fue un poco tarde.  Su edad (31 años) y una grave lesión en el tendón de Áquiles limitaron su papel de indudable dominador de la pintura, aunque no le impidió dejar grabado su nombre en la historia de la mejor liga del mundo. Tras su regreso a su Europa culminó su carrera en el equipo de su vida, el Zalguiris de Kaunas. Ahora es el presidente de la Federación lituana de baloncesto (y podría ser presidente del país si quisiera) y todo un símbolo para este país.

Arvydas fue una leyenda del baloncesto, y parece haber transmitido sus genes a sus hijos. Su hijo Domantas debutó ayer en la ACB con el Unicaja en la primera jornada de liga. Con 17 años, 5 meses y 10 días se ha convertido en el jugador más joven en debutar con la camiseta malagueña. ‘Domas’ salió a pista ovacionado por el público del Carpena y cumplió. 6 puntos y 3 rebotes en 15 minutos de juego. No está nada mal, aunque aún se le ve un poco verde. El principal problema que veo es la presión que pueda ejercer llevar tal apellido. Algo que puede ocultar al enorme talento que atesora. Esperemos que no. De lo que no hay duda es de que con 17 años tiene un enorme margen de proyección, y de que Joan Plaza se encargará de rebajar la presión que pueda causarle. Además, esto del baloncesto lo lleva en el ADN.


En la entidad de los Guindos saben que tienen un diamante en bruto listo para ser pulido, y como aficionado da gusto ver a un Sabonis de nuevo en el parqué, y más aún en Málaga. Desde mi punto de vista estoy seguro de que triunfará y ojalá traiga muchos éxitos a la ciudad costasoleña.

Pd: Aprovechando estas líneas quiero decir que a partir de ahora cambiará la estructura del blog. Os dejaré cada semana el enlace de mi crónica del partido y subiré una visión personal del encuentro, o artículos de este tipo.