Hace tan solo unas semanas, cuando los resultados no
acompañaban, todas la mirabas se centraban en una persona, Jasmin Repesa. El
equipo no funcionaba, el juego no gustaba a la afición y, que el equipo ganara
o no, dependía de si sus jugadores estaban inspirados individualmente en los
momentos finales.
Concretamente, el pasado
19 de febrero, tras la derrota ante estudiantes, la imagen de Repesa se
vio más fuera que dentro del club. Muchos son los rumores que han surgido sobre
su posible destitución, y más aún son los nombres de supuestos candidatos para
ocupar el banquillo malagueño. Entre otros, podemos destacar a Joan Plaza
(actual entrenador del Zalgiris) y Txus Vidorreta (cuyo rumor surgió tras la
asistencia de su agente, José Cobelo, a un partido en el Carpena).
Poco después de esto, en un
declaraciones, Repesa afirmó que si ganaban tres partidos seguidos, la situación
cambiaría y ganarían otros 10 más. Y no se equivocó. Tras la derrota contra
Estudiantes, el conjunto de los Guindos solo ha perdido un partido de los 8 que
ha jugado, además con victorias muy importantes como frente a Panathinaikos,
Bilbao o Real Madrid. Por todo ello, la confianza que se tiene a día de hoy
hacia el entrenador es prácticamente plena. Es cierto que, cuando las victorias
acompañan, las cosas se ven de otra forma, pero yo soy de los que piensan que,
ya sean buenos o malos los resultados, la confianza en el entrenador, en este
caso Jasmin Repesa, tiene que ser total por parte del club y de los aficionados,
y que, como mínimo, tienen que darle la oportunidad de aguantar una temporada
entera. Es la única forma de saber si un proyecto de verdad puede afianzarse o no.
La realidad es que ahora mismo las
victorias acompañan a Unicaja y por consiguiente la confianza en el cuerpo técnico
también. Pero lo cierto es que habría que preguntarse, ¿Durará mucho?, en mi
opinión, si eso implica que el equipo gane, pues sí, que dure mucho.
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